23 mayo 2010

30 diciembre 2009

Piraniñas

así y todo las niñitas ahora se visten de plástico, usan los colores del arco iris y salen a la calle diciendo frasecitas aprendidas y nunca entendidas como 'queremos un cambio, ya está bueno de corrupción, no han hecho nada y qué lindo es Chile'. Dicen cosas extrañas, modulan de manera extrañas, viven en calles extrañas y casas extrañas, tienen padres extraños y el lavamanos de su baño nunca es muy común y corriente. Son niñitas que creen en la amabilidad, creen en las buenas intenciones, creen que ser cordial y educadas basta para hacer feliz a la sociedad, creen que todo se arregla con un par de billetes y copiando el modelo europeo. Esas niñitas no conocen el modelo europeo, pero es lo que les gusta decir. Habría que ver si conocen algo de historia las niñitas, de más que sí, de más, seguro que sí; habría que ver cómo analizan esa historia, las niñitas, si es que la palpan, si es que la sienten, si es que la entienden, si es que les duele, si es que las hiere, si es que las toca, si es que la entienden (!), si es que tienen algo en común. Ay, qué niñitas, traviesas niñitas que se juntan en la plaza de Linares o cualquier ciudad con otras igual que ellas, del mismo colegio, Alborada School, por ejemplo (ésos que protestaron contra la Presidenta porque parecía nana, ésos que tienen nana), y se reúnen y llevan banderas y sonrisas pero a nadie miran a la cara porque no son de su clase, porque ellas y ellos son de la elite, eso debe quedar claro, por algo apoyan a ese candidato, por algo se representan con ese partido... ay, qué niñitas, con ojos claros, la mayoría, amigas de mis amigos, para mal-rato mío, que no saben para dónde va la micro, que nunca en su vida se han subido a una micro, que nunca se subirán a ésa porque no saben para donde va... y lo peor de todo es que tampoco saben de dónde viene esa micro y peor que eso es que creen que no importa y, peor que eso, es que quienes las rodean les dice que no importa, que hay que olvidar, que ignoren a los resentidos, que no escuchen, que no vean, que miren adelante, que sonrían.

03 octubre 2009

Nos sobran los motivos

Pero quizás alguna vez volvamos a ser enemigo y eso quizás sería bueno y sería bueno quizás que fuese bueno y si quizás será bueno entonces pa qué me quejo...
Pero es que la cagué, ya lo sabes, ensucié con el barro de mis zapatos tus manos tan lindas, tan cálidas, tan suaves, que no hacían más que sostenerme mientras yo trataba de alcanzar la estrella, esa estrella ¿te acordai? Y yo todo el rato pendiente de llegar más alto que ni siquiera me importaba si me caía o no, si te dolía o no, si te pesaba o no. Yo sabía que tú estabas quietecito y que hasta eras feliz y, lo que más me gusta, quizás hasta te burlabas de mí y mi inocencia o ingenuidad, pero seguías ahí, con las manos embarradas y sin ver ni una puta estrella porque yo te las tapaba. Hasta que pisé mal y me saqué la cresta y tú creíste que no me dolió.
Me ayudaste a levantarme y mi mano se ensució con tu mano que se ensució con el barro de mi zapato... y ahora me sueltas y aquí estoy, sucia y sin estrellas, aporreada pero en pie.

17 septiembre 2009

Abigeato

¿Cómo puedes negarme que sueñe? Tú eres quien no duerme. ¿Por qué en nombre de la justicia cometes tanta injusticia? ¿Por qué le quitas el pan a tu hermano para dárselo a tus jefes?
Te desvelas en este 18 en que todos zapateamos de alegría para arruinarles su negocio a nuestros pobres campesinos, te preocupas de quitarle la carne al anciano con sus hijos, al del monte, al del campo, todo por no tener permisos legales. ¿Qué saben ellos que hay tener permiso para subsistir?
Pobre gente, que mientras cantan a Illapu o a Víctor Jara, que mientras escuchan una cueca y conversan alegremente, haciendo planes de lo que harán con esa carne, de lo que harán con esa plata, que mientras la señora en la cocina prepara el fuego y el agua, que mientras los niños corren por el patio húmedo, alegres y expectantes, llegas tú y le arrebatas las proyecciones, la felicidad, las fiestas patrias. Llegas tú con tu uniforme de gran señor y no haces más que seguir órdenes, proceder, y luego dártelas de gran héroe por quitarles un vacuno a los campesinos.
Qué manera de perder tu tiempo, señor de verde, cuando en otros puntos de la ciudad hay hombres que matan a sus mujeres, que golpean a sus hijos, mientras tus colegas prostituyen a los niños, mientras tus jefes roban desde nuestros bolsillos, mientras los delincuentes que se te escaparon de las manos bailan cueca con la fiscal, mientras el señor juez come de la carne que decomisaste ayer, mientras el comisario se droga con la cocaína que decomisaste anteayer, mientras yo me burlo de tu procedimiento de hoy.
¿Y se acabó tu alegría o el sereno te conforma? ¿Por qué en nombre de la justicia te olvidas que eres persona y que el anciano de ojos llorosos no tendrá qué comer en el 18?
Quítate el uniforme, quítale la máscara a tu mayor, ven a bailar una pachanga conmigo, tomémonos unas chichas… deja a la gente vivir, deja de lado esa cobarde manía de cortar el hilo por lo más delgado… deja a mi gente, señor de verde, no le hagas más miserable su miseria.

18 julio 2009

Otros gatos

El gato estaba borracho y no quiso arañar, sólo moder un poco, maullar con las fuerzas que le quedaban, y frotarse contra mi cuello como si aún quedara en mí algo de olor y en él algo de olfato.
Se le erizaron los pelos y la cola se curvó, entre el humo y la risa cerró los ojos y fingió fingir que fingía dormir. Pero lo hizo, aunque nunca se lo contaré.
Así, entre ese gato y otro gato, camada de gatos, jauría de gatos, bandada de gatos, manada de gatos, se fue pasando el tiempo y muriendo los años.
Llegó el invierno. Pasó el Otoño. O-Toño.

07 julio 2009

Todavía no has comenzado a pensar

Tú no cometiste tantos errores ni has cargado con culpas fundamentadas, nunca viste la calle en blanco y negro, nunca botaste de tus entrañas la vida ni la muerte, nunca mordiste tu labio inferior hasta sangrar (ni el mío), nunca viste marcharse tu sangre ni al cielo dividido en dos, nunca creíste en el infierno ni en algo superior a ti, nunca comiste barro servido en plato ni pan recogido del suelo… sea cual sea el sentido hacia el que te vuelvas.
Te sorprendiste porque estabas confundido y te angustiaste cuando viste la luz. Y tus palabras sonaron estancadas, hundidas, perdidas, ausentes. Tus palabras sonaron a despedida y para qué si ya te había ido, y para qué si nunca habías estado, y para qué si cuando noté tu presencia ya tratabas de ignorarme ¿O siempre lo habías hecho? (Sí y no) Pero nunca supiste frente a quién estabas; me reconociste hasta con ropa de seda, pero con mi atuendo real fuiste incapaz de mirarme. Saliste corriendo y no te has dado ni darás cuenta. Te hiciste vulnerable a tu asombro y te convertiste en víctima. Sufriste, no por mí (ni por ella ni él), sino por ese algo que no te dejó dormir, ni tocar, ni beber, ni entrar. Por eso que siempre ha tenido que ver sólo contigo… sea cual sea el sentido hacia el que te vuelvas.

11 junio 2009

Naa más

No, no creo. Debe estar bromeando. Debe estar enojado. Debe estar dolido. Debe querer vengarse por algo. Sí, por esa noche en que no le abrí la puerta. O por esa vez en que no pude, simplemente. O por la otra, en que no acepté su mensaje con cobro revertido.
No, no está bromeando. Es verdad.
Nos llegó el día.
No. No llegó el día. Así queda mejor.