20 febrero 2008

la respuesta


Entonces me quedé pensando si lo decía con buena o con mala intención, si estaba siendo irónico o sincero, si eso sería el final o el principio, si me lo decía a mí o al aire, si era para espantarme o retenerme, si era por mí o por él. Las ideas daban vuelta en mi cabeza y el hostil movimiento de su boca ya no expresó nada más. Se rascó la cabeza y miró para el lado, fingiendo atención en los pasos acelerados de alrededor, tras unas gafas más oscuras que su conciencia y con la pose del que ya hizo todo lo que estaba de su parte y ahora le corresponde al otro actuar. A mí. Y él esperaba respuesta; él, que nunca esperó nada; él, que siempre dijo la última palabra o que simplemente desviaba la mirada hacia el resto de su mundo y de su vida. Él, que tenía mundo y hasta vida. Pero ahora seguía ahí, haciéndose el indiferente y esperando respuesta a una pregunta que nunca hizo. Y yo, sabiendo que la esperaba, temía decir lo que no le importaba escuchar.
Y por un momento no pude recordar qué era lo que nos unía, mucho menos lo que nos desunía. Quizás nunca lo supimos. Esa relación tan ajena que no pertenecía a nadie y de la que sólo éramos espectadores, ese interminable ir y venir que ya no sabe quién es ni cómo fue que comenzó.
"No quiero que te vayas" me había dicho hacía dos minutos. Y entonces yo seguía pensando si lo dijo para espantarme o retenerme. O ambas.
Ahora me miró y rozó su pulgar con mi mejilla, como ese tipo de caricias que emanan de su inconciente, de sus ganas, de sus impulsos retenidos.
"¿Y?", preguntó, sin acercarse demasiado.
"¿Qué me propones?", fue mi ultimátum.
"Un recorrido en taxi por Santiago, unas pizzas con shop en el ItalianExpress, un coño tirado en la alfombra de mi departamento e irte a dejar a la casa".
"Pero esta vez el taxi lo pagas tú. Y las pizzas también".
"Hecho".
Se echó mi mochila al hombro y, en un arrebato de no sé qué, cogió tímidamente mi mano.


1 comentario:

marybel dijo...

bueno, ese ir y venir... que ya se hace metaforico y repetitivo... no lo sé... las palabra suenan a maraña descompuesta en la mente de quien la escribe... ahora me pasa que las leo y se me descomponen un poco más... repetitivo... y repetitivo...