No, no creo. Debe estar bromeando. Debe estar enojado. Debe estar dolido. Debe querer vengarse por algo. Sí, por esa noche en que no le abrí la puerta. O por esa vez en que no pude, simplemente. O por la otra, en que no acepté su mensaje con cobro revertido.
No, no está bromeando. Es verdad.
Nos llegó el día.
No. No llegó el día. Así queda mejor.
2 comentarios:
hola como estas, me gusta la escritura joven y regional, espero me envies algun texto para publicarlo en mi blog. Nos leeremos. chao.
lucia.santam@gmail.com
muy bueno, me encanto
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